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¿Si pongo placas solares tengo que pagar luz?

si pongo placas solares tengo que pagar luz
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Cada vez más personas se hacen esta misma pregunta: ¿si pongo placas solares tengo que pagar luz o puedo olvidarme de la factura para siempre? La realidad es que instalar un sistema de autoconsumo fotovoltaico es una excelente decisión para ahorrar, pero no siempre implica dejar de pagar por completo. En este artículo vamos a explicarte cuándo puedes conseguir una factura cero, qué tener en cuenta sobre los excedentes y si es posible desconectarte por completo de la red eléctrica.

Después de instalar placas solares, ¿se paga la factura de la luz?

La respuesta rápida es: depende. En muchos casos, sí se sigue pagando algo en la factura de la luz, aunque en cantidades muy reducidas si el sistema está bien dimensionado. El ahorro puede alcanzar el 60 %, el 80 % o incluso más, pero conseguir pagar cero euros todos los meses no es lo más común. Aun así, es posible bajo ciertas condiciones.

Lo que marca la diferencia no es solo tener placas solares, sino también factores como tu consumo eléctrico, la potencia contratada, el tipo de tarifa para placas solares, y muy especialmente, cómo se gestionan los excedentes que generas.

Aunque la instalación de placas reduce mucho el consumo de la red, si estás conectado al sistema eléctrico seguirás pagando algunos términos fijos, como el término de potencia o los impuestos asociados. Incluso si no consumes nada de la red en un mes concreto, ese coste fijo mínimo puede aparecer igualmente.

Por tanto, para saber si vas a pagar o no en tu factura, necesitas conocer bien tu perfil de consumo, la producción estimada de tu sistema y cómo vas a gestionar los kilovatios sobrantes que no utilizas.

En qué casos podría no pagar la factura de la luz

Hay casos concretos en los que podrías no pagar nada en tu factura, o pagar una cantidad simbólica. Esto sucede cuando se dan una serie de condiciones muy específicas y bien optimizadas.

En primer lugar, necesitas una instalación perfectamente adaptada a tu consumo real, que cubra tus necesidades eléctricas prácticamente durante todo el año. Esto implica haber hecho un estudio técnico serio y una previsión precisa del uso energético diario.

Después, es imprescindible contar con una tarifa eléctrica que compense los excedentes, es decir, que te pague por los kWh que viertes a la red cuando no los estás utilizando. Eso sí, la compensación de excedentes tiene un límite: no puede superar el valor del consumo que haces de la red. Es decir, si consumes 30 kWh y viertes 50 kWh, solo te descontarán hasta cubrir esos 30. El resto no se acumula ni se paga en dinero en la mayoría de casos.

Otro elemento clave es ajustar bien la potencia contratada. Muchas personas tienen más potencia de la necesaria por miedo a quedarse cortos, pero si tu instalación solar está funcionando bien, puedes reducir esa potencia y ahorrar en la parte fija de la factura. Esa decisión tiene un gran impacto en el resultado final de lo que pagas.

Y por último, tener hábitos de consumo adaptados a la producción solar también ayuda mucho. Por ejemplo, utilizar los electrodomésticos en las horas de mayor radiación solar reduce la necesidad de recurrir a la red.

Cuando todos estos elementos se alinean, sí es posible que no pagues nada por la electricidad durante varios meses, e incluso de forma continuada.

¿Puedo desconectarme de la red eléctrica con mis placas solares?

Aquí viene la gran pregunta que se hace mucha gente: ¿es posible vivir desconectado completamente de la red eléctrica solo con placas solares? La respuesta es sí, pero no es lo habitual ni lo más recomendable en todos los casos.

Técnicamente se puede hacer. Es lo que se llama una instalación aislada, donde todo el consumo proviene de tus placas solares y de las baterías que hayas instalado para almacenar energía cuando no hay sol. Esta solución puede ser viable en zonas rurales o en viviendas donde el acceso a la red es complicado o muy caro.

Sin embargo, hay que tener en cuenta varios factores. Instalar una batería de suficiente capacidad para cubrir tus necesidades nocturnas o en días nublados encarece notablemente el sistema. Y además, debes tener claro que no contarás con un respaldo si tu sistema no produce o si se agota la batería. Eso implica vivir con más limitaciones y depender por completo de las condiciones climáticas.

Por eso, la mayoría de personas opta por una instalación de autoconsumo conectada a la red, que les permite aprovechar al máximo el sol durante el día y consumir de la red solo cuando es necesario. Este sistema híbrido es más estable, más barato y más fácil de gestionar.

¿Cuántas placas solares, consumo y potencia necesito para independizarme?

Si aún así te estás planteando independizarte por completo, necesitas calcular muy bien cuántas placas solares necesitas, qué consumo tienes y cuánta potencia te hace falta generar y almacenar.

Por ejemplo, una vivienda media en España puede consumir entre 3.000 y 5.000 kWh al año. Para cubrir esto con placas solares, dependiendo de la zona geográfica, podrías necesitar entre 10 y 15 paneles, con una potencia total instalada entre 4 y 6 kWp. Pero eso no es suficiente si quieres desconectarte totalmente: necesitarás también baterías con capacidad suficiente para almacenar al menos un día completo de consumo, o incluso más si quieres margen ante varios días nublados.

La cantidad de baterías depende del consumo diario. Si tu casa gasta unos 10 kWh al día, y quieres tener dos días de autonomía, necesitarás una batería de al menos 20 kWh útiles, lo cual representa una inversión considerable.

También debes considerar la potencia máxima simultánea que necesitas en casa. Si sueles tener varios electrodomésticos funcionando al mismo tiempo (horno, vitrocerámica, lavadora), vas a requerir un inversor potente y un sistema sobredimensionado que cubra esos picos de demanda sin quedarte sin energía.

En resumen, independizarte completamente es posible, pero exige una instalación más costosa, un cambio de hábitos y una buena planificación técnica. Por eso, muchas personas prefieren el equilibrio que ofrece el autoconsumo conectado a la red, con una compensación justa por los excedentes.

Lo que está claro es que con una buena planificación, puedes reducir tu factura de la luz a mínimos históricos, y en algunos casos incluso conseguir meses sin pagar nada. Y aunque desconectarte por completo no sea siempre viable, puedes acercarte mucho a la autosuficiencia con el sistema adecuado.

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