Las consecuencias del apagón en España fueron amplias en todos los sectores y uno de los más afectados fue el de la movilidad eléctrica. Más de 22.500 estaciones de carga de vehículos eléctricos quedaron fuera de servicio, afectando directamente a unos de 250.000 usuarios aproximadamente. Este suceso puso de relieve una debilidad estructural que hasta ahora apenas había sido cuestionada: ¿qué pasa cuando se interrumpe el suministro eléctrico en un modelo de transporte totalmente electrificado?
¿Qué ocurrió con las estaciones de carga de vehículos eléctricos durante el apagón?
Las estaciones de carga de vehículos eléctricos dependen por completo de la conexión a la red. Durante el apagón, la caída del sistema eléctrico dejó sin alimentación tanto a las estaciones públicas como privadas. Esto afectó especialmente a aquellas situadas en zonas urbanas y áreas de gran demanda, como autopistas, centros comerciales o estaciones de servicio.
En muchos casos, los conductores no pudieron iniciar la carga programada de sus vehículos, o peor aún, vieron interrumpida la recarga que ya estaba en marcha. En los momentos de mayor inestabilidad, ni siquiera fue posible obtener información sobre qué estaciones estaban operativas, ya que las plataformas digitales también dejaron de funcionar. Esta incertidumbre generó un efecto dominó de estrés y acumulación de vehículos en los pocos puntos que aún mantenían operatividad parcial, especialmente aquellos respaldados por generadores auxiliares.
¿Qué pasa si un coche eléctrico está cargando durante un apagón?
Una de las grandes preocupaciones fue qué ocurre si el coche se encuentra cargando en el momento exacto en que se va la luz. Esto no debe preocupar, ya que los sistemas de carga domésticos y públicos están diseñados para interrumpir la carga de forma segura. Es decir, al detectarse la pérdida de tensión, el flujo de energía se detiene automáticamente para evitar sobrecargas o daños tanto al vehículo como al punto de carga.
Sin embargo, el problema surge después: al no poder reiniciar el proceso, muchos vehículos quedaron sin la energía suficiente para completar su trayecto. Usuarios que contaban con una carga parcial al inicio del apagón se encontraron inmovilizados o forzados a buscar alternativas poco prácticas como el remolque hasta puntos no afectados o la espera prolongada hasta la restauración del servicio.
Estaciones de carga con respaldo: los pocos que resistieron
Durante la crisis, algunas estaciones de carga demostraron que sí es posible estar preparados. Algunos operadores privados y puntos situados en entornos empresariales contaban con sistemas de respaldo energético, como baterías de litio o grupos electrógenos. Estas estaciones pudieron seguir ofreciendo servicio, aunque de forma limitada y casi simbólica.
La mayor parte de estas instalaciones se encontraban en estaciones premium o centros de movilidad avanzada, lo que evidencia una importante brecha entre infraestructuras básicas y equipamientos de alta gama. También se identificaron algunos puntos de carga conectados a instalaciones solares con almacenamiento, que pudieron seguir funcionando en modo isla durante parte del apagón.
¿Se necesita una red de carga más resiliente?
El corte masivo ha sido una llamada de atención para todo el ecosistema de la movilidad eléctrica. Las estaciones de carga de vehículos eléctricos, pensadas para operar sin interrupciones, deben ahora incorporar criterios de resiliencia energética en su diseño y operación.
Esto incluye la instalación de baterías de respaldo que permitan mantener el servicio durante cortes breves, el uso de energía solar como fuente auxiliar, y sobre todo, una mejor comunicación entre los operadores para que los usuarios tengan información clara y en tiempo real sobre la disponibilidad de puntos de carga. Algunos expertos también plantean la posibilidad de crear redes locales con nodos energéticos independientes capaces de operar sin red general durante emergencias.
Desde el apagón, fabricantes como Policharger y entidades como AEDIVE están pidiendo que se establezcan nuevos estándares para que las estaciones de carga rápida, especialmente en autovías y zonas críticas, estén equipadas con sistemas de emergencia. También se ha reactivado el debate sobre el uso de vehículos eléctricos con tecnología V2L (Vehicle-to-Load), capaces de suministrar energía a la vivienda o incluso a la propia estación de carga.
El futuro de la carga eléctrica pasa por la autonomía energética
La transición hacia un modelo de movilidad completamente eléctrica es irreversible, pero debe ir de la mano de una red de carga sólida, inteligente y preparada para emergencias. El apagón del 28 de abril no solo afectó a los usuarios de coches eléctricos, sino que puso sobre la mesa un aspecto esencial: la energía debe ser tan estable como accesible.
Integrar sistemas de generación renovable, mejorar la infraestructura de respaldo y avanzar hacia comunidades energéticas conectadas a estaciones de carga serán pasos fundamentales. Solo así se podrá garantizar que los vehículos eléctricos sean realmente una opción segura y viable en cualquier circunstancia.